El delito de abusos sexuales se encuentra recopilado en los delitos contra la libertad sexual e indemnidad sexual del título VIII del Código Penal. No obstante, los delitos sexuales que repercuten a menores de 16 años están regulados en su propio capítulo.
La definición del Código Penal es bastante concisa:
El que, sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizaré actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona, será castigado, como responsable de abuso sexual, con la pena de prisión de uno a tres años o multa de dieciocho a veinticuatro meses.
Por su parte, el artículo 181.2 del Código Penal señala que los abusos sexuales no consentidos son todos aquellos que se cometen sobre personas privadas de sentido, con un problema mental del que se abusa, o aquellos sometidos a fármacos, drogas o cualquier otra sustancia que incapacite la voluntad individual de la víctima.
No obstante, se debe señalar que si el consentimiento se hubiera adquirido a costa de ejercer superioridad sobre la víctima, es decir, esta hubiese sido sometida a una coartación, también se aplicará la pena determinada bajo el artículo 181.1.
El delito de agresión y abuso sexual a menores
Los abusos sexuales a menores están regulados bajo dos tipos de violencia sexual: básica y agravada.
Tipo básico
Todo individuo que lleve a cabo actos sexuales a un menor de 16 años será castigado como responsable de abusos sexuales a un menor. Este delito queda regulado en el artículo 183 del Código Penal y puede ser castigado con una pena de prisión de 2 a 6 años.
Los delitos de abusos y agresiones sexuales a menores fueron modificados en la reforma del Código Penal de 2015. Una de las principales cuestiones restauradas fue la elevación de la edad del consentimiento sexual a los 16 años. Por este motivo, cualquier acto sexual a menores de 16 años siempre estará considerado un hecho delictivo, a no ser que se trate de relaciones consentidas con personas próximas al menor por edad o grado de desarrollo físico y mental.
Por otro lado, el artículo 183 regula las conductas en las que se hace partícipe al menor en los actos sexuales. Aunque la participación del menor sea pasiva, el involucrado puede ser castigado por el mero hecho de que el menor haya presenciado un acto de carácter sexual.
La pena puede aumentar si el acercamiento al menor se consigue gracias a un engaño, coacción o intimidación.
También son castigadas las conductas con tendencia a obtener material pornográfico del menor, como es el caso de imágenes por vía telemática. Estas conductas son recogidas por el artículo 183 del Código Penal y engloban el denominado child grooming o ciberacoso sexual a menores.
Tipo agravado
En el artículo 183.3 del Código Penal quedan reflejados los delitos de abusos sexuales agravados. Se aplica este concepto cuando el ataque ha implicado el acceso carnal a las vía vaginal, anal o bucal, es decir, la introducción de miembros corporales u otros elementos por vía vaginal o anal. Este delito implica una condena de 8 a 12 años de cárcel.
Agravantes del delito a menores
Las penas del tipo básico y del tipo agravado se castigan con la pena de prisión correspondiente en su mitad superior, teniendo en cuenta los siguientes agravantes:
- Cuando la víctima se encuentra en un contexto de total indefensión por su desarrollo mental y físico.
- La víctima es menor de 4 años.
- Hechos cometidos entre dos o más personas.
- El responsable tiene una relación de superioridad o parentesco, es decir, son familia, hermanos o afines.
- El culpable pone en peligro la vida o salud de la víctima.
- El delito se comete en el seno de una organización criminal.
Señales para detectar el abuso sexual a menores
No existen señales exactas que indiquen la presencia de abusos sexuales a un menor, siempre debe ser valorado por un experto en la cuestión. Generalmente, los menores que sufren abusos sexuales presentan comportamientos que no corresponden con su edad. Por ejemplo, pueden mostrar curiosidad en exceso por los actos sexuales o comentarios sobre sexo inadecuados o no esperados para su edad.
En todo caso, las conductas siempre deben ser analizadas por un especialista. No obstante, hay algunos signos que pueden ser sospechosos:
- El menor sufre cambios de comportamientos, pérdida de apetito, pesadillas, miedos, etc.
- Retroceso en la maduración.
- Expresión de algunas señales de abusos en dibujos, fantasías o juegos.
- Rechazo por hacer determinadas actividades cotidianas.
- Agresividad.
- Ropa interior rota o manchas.
- Sangre en la vagina, recto, dolor, picor o inflamación de los genitales.
- Infecciones.
No obstante, estas reacciones dependen de la edad del menor y otros contextos personales. Siempre se tiene que valorar el contexto por un médico o pediatra.
Pasos para denunciar un abuso sexual
Los abusos sexuales a un menor no se pueden silenciar, es muy importante denunciarlos en cuanto se tiene constancia del hecho. Las denuncias de abusos sexuales a menores tienen un tratamiento preferente, se admitirán siempre aunque los hechos se hayan cometido en demarcación territorial del cuerpo policial.
Cualquier persona mayor de edad relacionada con el menor puede imponer la denuncia, ya sean padres, tutores o el resto de familiares. Es aconsejable aportar todas las pruebas o medios que se dispongan, por ejemplo, parte de lesiones, prendas, nombre de testigos, parte de psicólogos, etc.
Apoyo profesional, el mejor abogado penalista
La atención por parte de las fuerzas de seguridad será personalizada, respetuosa y prioritaria. Desde el primer momento se toman las medidas necesarias para garantizar la dignidad, la integridad física y moral del menor. Para ello, se le ofrecerá la atención médica y psicológica necesaria. La privacidad del menor queda protegida, al igual que su intimidad, datos o imágenes.
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